La marea ecológica en el mundo alimentario
- Maria Alsina, Yeshi Agustí
- 29 may 2018
- 10 Min. de lectura
Es una tienda pequeña y con atrapa sueños colgados en la entrada. El sonido de una campanita da la bienvenida a los curiosos que deciden aventurarse a entrar. El olor a incienso llena el ambiente. Sonidos de cajas moviéndose en la trastienda tapan el sonido lejano de una flauta. El suave sonido que desprende el instrumento envuelve el ambiente de la tienda y tapa el silencio causado por la falta de clientes.
Al dar unos pasos y rebasar la sección de sustitutivos alimenticios y suplementos energéticos existe una montaña de productos. Las estanterías están repletas de cereales, arroz, frutas, verduras, carne o tofu. Estos productos de esta tienda tan pequeña son ecológicos. Afirman ser productos respetuosos con la salud de las personas que los consumen y con el medio ambiente. Productos que consumimos cada día, como los cereales, y productos que para muchos son desconocidos, como el tempe.

Huerto ecológico en Barcelona / Elaboración propia
¿Qué es un alimento ecológico?
En la actualidad la mayoría de alimentos que ingerimos vienen procesados industrialmente lo que supone que la mayoría de productos están elaborados en base a sustancias químicas, conservantes, colorantes y aditivos entre otras sustancias. El uso excesivo de tales químicos resulta perjudicial para nuestra salud.
Por esa razón, nos centramos en tratar el fenómeno de estos últimos años que va ganando terreno en el campo alimenticio: los alimentos ecológicos. Este tipo de alimentos, ya sean vegetales o animales, se caracterizan por su sistema de producción respetuoso con el medio ambiente teniendo en cuenta aspectos como la preservación de los recursos naturales, los ciclos biológicos y las condiciones de la tierra. Para comprender mejor la situación es importante saber el origen que impulsó este movimiento.
Se remonta en Occidente, concretamente en la etapa de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que se produce un cambio en los sistemas de cultivo. Se dan cuenta que algunos productos químicos diseñados como armas de guerra podían ser utilizados para terminar con las plagas. Si bien desde hace miles de años que existen los insecticidas, después de la guerra fue masivo. Estos insecticidas proliferaron tanto en su uso como en su producción para controlar las plagas impulsando así la agricultura industrial. Un ejemplo de insecticida creado por el químico suizo, Paul Muller el año 1939 fue el DDT.

Desde ese momento, el uso de químicos como insecticidas se expandió dejando de lado la agricultura tradicional. En 1962 la bióloga, Rachel Carson, se da cuenta de los efectos secundarios y los expone en su libro “Primavera silenciosa”. Las consecuencias del uso masivo de químicos provocan la desaparición de algunos pájaros. A partir de ese momento se intenta recuperar poco a poco el camino hacia la agricultura tradicional y Gran Bretaña es una de las grandes impulsoras de este tipo de plantaciones.
Etiquetaje y distinción de los alimentos ecológicos
Para saber identificar un alimento ecológico debemos prestar atención a su etiqueta con los términos ecológico, eco, bio, biológico y orgánico. El informe del Departamento de Agricultura,Ramaderia, Pesca, Alimentación y Medio Natural de la Generalidad de Cataluña expone que “el sistema de control y certificación de la producción ecológica se aplica a lo largo de toda la cadena, desde el campo y la granja, hasta que el producto queda a disposición para su venta al consumidor final”.
A partir del 1 de julio del 2010 es obligatorio usar el logotipo de la UE en todos los alimentos ecológicos, además, en la etiqueta debe constar el código de la entidad que certifica el producto, el logotipo de la comunidad y las indicaciones sobre el origen del producto, entre otros.
El etiquetaje garantiza los siguientes puntos:
Producción sin el uso de sustancias químicas de síntesis (pesticidas, fertilizantes y herbicidas)
Respeto por el ciclo biológico de crecimiento
Elaborado sin añadir sustancias artificiales (aditivos, colorantes, …)
Producción sin organismos modificados genéticamente o transgénicos
Perfil consumidor español
España es el primer país de Europa en cuanto producción de alimentos ecológicos se refiere, sin embargo, el consumo de sus habitantes es mínimo. El 80% de la producción es para exportación, mientras que, el 20% se queda para el consumo interior. El perfil del consumidor está claramente definido: adultos de más de 40 años y con una situación laboral favorable, puesto que, un 71% de las personas trabajan y tienen un nivel de vida y de estudios alto.
Hay distintas razones por las que deciden invertir en este alimento. La salud es el principal factor, teniendo en cuenta que el consumidor es consciente de la influencia de la alimentación en su bienestar. Uno los criterios que tienen en cuenta para su elección es el sabor y la calidad ya que no llevan tantas sustancias y mantienen el gusto y los nutrientes naturales. Ser consciente que se contribuye a cuidar la naturaleza también es otra de los motivos. Aunque los criterios que hemos visto hasta ahora resultan atractivos, también es importante tener en cuenta las dificultades que puede suponer obtenerlos, ya sea por el precio elevado que tienen o bien por la dificultad que puede suponer encontrarlos.
Qué efectos tiene sobre la salud el consumo de estos productos
El consumo de productos ecológicos y de proximidad ha estado en un claro debate desde su aparición. La pregunta principal que hacemos a la hora de consumir en este mercado es si realmente estos productos nos aportan algún beneficio. Estos alimentos elaborados con mejores prácticas para el medio ambiente, según Oxfam Intermon, pueden ayudar a nuestra salud.
Una de las razones por las que se recomienda consumir productos de origen ecológico es que tienen mayores valores nutricionales. Según la presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), Maria Dolores Raigón, hay más evidencias científicas que afirman que los alimentos ecológicos presentan un contenido más alto en vitaminas, minerales o proteínas. Uno de estos estudios es el de la Universidad de Newcastle donde se muestra la concentración de nutrientes más alta en los alimentos ecológicos que en los alimentos de consumo habitual.

Otra de las ventajas para nuestra salud es que se respeta el desarrollo del ciclo natural del alimento. Es decir, cuesta más tiempo producir un producto ecológico, pero se respeta el crecimiento natural de este. No se le aplican productos químicos para acelerar el crecimiento. Además de respetar ese desarrollo natural, el producto ecológico no contamina tanto el medio ambiente como los productos que se consumen normalmente, ya que a los primeros no se les aplican productos químicos.
Puede que la razón principal y más importante por la que se recomiendan los productos ecológicos sea porque evitan ciertos problemas en nuestra salud. Ya se ha establecido que los productos ecológicos no contienen productos químicos, por eso es beneficioso su consumo. Hay ciertos productos del mercado no ecológico que contienen aditivos y otros productos de origen químico, como los aditivos de síntesis, antibióticos o pesticidas. Estos productos pueden provocar enfermedades como osteoporosis, insuficiencias cardíacas o migrañas.
Aun así, el debate sobre si estos productos son beneficiosos para nuestra salud o no persiste en la comunidad científica. La visión dominante en el mundo de la nutrición es que los productos ecológicos sí que tienen efectos positivos sobre nuestra salud. Según la asesora nutricional en ámbito deportivo del Centre de Nutrició Esport Masot, Noelia Martínez, el consumo de productos ecológicos ayuda a mantenernos saludables.
Noelia afirma que los productos al ser ecológicos no llevan químicos y eso ayuda a que nuestro sistema inmunitario procese mejor la alimentación que le proporcionamos a nuestro cuerpo. Además, la asesora nutricional explica que los supermercados como Mercadona o el Esclat ofrecen un mayor acceso a estos productos de origen orgánico. Ya no sólo puedes encontrar tiendas dedicadas a la venta de esos tipos de productos, sino que se pueden encontrar secciones de productos ecológicos en supermercados más grandes. Esto en parte ayuda y facilita el acceso a población que antes no estaba familiarizada con estos productos.
Una visión que refuerza el favor a los alimentos ecológicos es la de la nutricionista Berta Sagué. La nutricionista afirma que “los productos ecológicos son más saludables que los productos de la agricultura convencional ya que no contienen residuos tóxicos procedentes de pesticidas, antibióticos, aditivos y conservantes”. También explica que estos productos químicos que añaden a los productos pueden provocan enfermedades como la osteoporosis, migrañas, cáncer o alergias. En cambio, los alimentos de la agricultura ecológica utilizan fertilizantes naturales, así nuestros organismos asimilan mejor los alimentos. Así, los productos ecológicos si que son más saludables para consumir que los productos convencionales, afirma Berta Sagué.
Sagué también explica que el acceso a estos alimentos es mucho más sencillo en la actualidad. Eso se debe a que los supermercados o grandes cadenas facilitan el acceso a estos alimentos. Aunque también se destaca que hay tiendas que facilitan el envío de estos productos a partir de Internet. Además de todas estas facilidades existen tiendas o cooperativas expertas en productos ecológicos, cómo el Veritas. Y aunque esta cadena de supermercado de productos ecológicos no existe en ciertas poblaciones, también existen tiendas especializadas.

Los productos, a parte de los beneficios que aportan a la salud, también benefician al medio ambiente. El primer punto a favor y que reduce la afectación en el medio ambiente es que la producción de alimentos ecológicos evita la contaminación de entornos. Eso se debe principalmente a una razón destacada que se ha mencionado ya con anterioridad, la eliminación del uso de productos químicos. Además, las políticas de producción de estos productos buscan el respeto y la preservación del entorno donde se cultivan. Así se consiguen producir alimentos respetuosos con el medio ambiente y con la salud de las personas que los consumen. El respeto por el medio ambiente es comparable al respeto hacia el bienestar de los animales. Los productos cárnicos ecológicos también
se producen respetando la preservación de las especies y no a partir de la producción masiva, como ocurre con los productos cárnicos de los grandes hipermercados. Supermecado Veritas/Elaboración propia
Así se acaba observando que el cultivo ecológico, al respetar el bienestar animal y el medio ambiente, beneficia a crear un desarrollo sostenible. Es decir, las personas podemos desarrollarnos de la manera más beneficiosa sin afectar en gran medida a la fauna y a los recursos existentes. Gracias a este desarrollo sostenible podemos realizar actividades socioeconómicas sin comprometer al desarrollo de las generaciones futuras. Es decir, los productos ecológicos benefician tanto a nuestra salud como a nuestro desarrollo sostenible.
Estudios publicados sobre la alimentación ecológica

Un equipo internacional publicó en la revista British Journal of Nutrition (2014) en el cual aseguraban que los alimentos ecológicos contienen más concentraciones de antioxidantes y que los productos lácteos y cárnicos más niveles de ácidos grasos omega-3. Además, avalan la poca cantidad de metales pesados tóxicos casi un 50% inferior). La misma revista en el 2016 repitió artículo asegurando la mejora de un 50% de los ácidos grasos omega-3 en la elche y la carne ecológicas. Los dos artículos, cabe resaltar, que fueron financiados por la Unión Europea con el programa Quality Low Input Food y por la asociación británica SheepDrove Trust, dedicada al desarrollo de granjas orgánicas.
The American Journal of Clinical Nutrition publicaba en el 2009 que no existía una clara evidencia de las diferencias de calidad de los alimentos ecológicos y los que no lo son. En el estudio se desmonta el mito de que los alimentos ecológicos conservan mejor sus nutrientes. El estudio está apoyado por UK Food Standards Agency, un departamento independiente del gobierno británico que vela por la seguridad de la comida.
En 2012, la Universidad de Standford presentó otra revisión y los investigadores concluyeron lo mismo que en el estudio de The American Journal of Clinical Nutrition, pero remarcaban que existe la posibilidad de que los productos ecológicos están expuestos a menos residuos de pesticidas. En este caso, las investigadoras no recibieron ninguna ayuda económica externa para realizar el estudio.
Otro estudio más reciente publicado por la Unión Europa llamado Implicaciones para la salud humana de la comida y agricultura ecológica (2016) reiteran que no hay una mejora en la cantidad de nutrientes que contienen los alimentos ecológicos, pero sí que hay menor concentración de fenol y de cadmio.
En un análisis publicado en la revista americana New Scientists pone de manifiesto que aparte de los posibles beneficios o no de los alimentos ecológicos, añade otra categoría que pone en duda la sostenibilidad de estos productos. Los alimentos deben cumplir una serie de condiciones para ser ecológicos, como ya hemos comentado anteriormente, pero ¿y la huella de carbono que cuesta mantener estos alimentos? En el artículo aseguran que, aunque sea comida de proximidad, el simple hecho de haber conreado los alimentos en invernaderos produce una gran cantidad de emisiones de carbono a la atmósfera. Si hablamos de granjas ecológicas, ya no es la emisión de partículas contaminantes, sino la gran extensión de tierras que se necesitan para sustentar a los animales.
Infecciones de los alimentos ecológicos
En 2011 saltaron las alarmas cuando, al parecer, una serie de pepinos procedentes de Andalucía eran portadores de la bacteria Escherichia Coli. A parte de los pepinos españoles, unos brotes de soja alemanes y unas semillas de fenogreco egipcio han causado medio centenar de muertes y hubo unos 4000 afectados. Concretamente, hay variedades especialmente virulentas como son E. coli 0157:H7, fueron encontrados en estos alimentos y algunos de ellos podían proceder de plantaciones ecológicas.
Las plantaciones ecológicas, tanto españolas como europeas, se rigen por el mismo tipo de legislación y deben pasar controles de seguridad alimentaria. Es más, los alimentos ecológicos deben pasar por un examen alimentario, como el resto de las plantaciones convencionales, y también, por un comité certificador de materia ecológica.
En la página oficial de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sostienen que no hay indicios de que los alimentos ecológicos sean más portadores de contaminantes biológicos, según los estudios consultados por la organización.
La FAO también recuerda que hay otros productos que pueden ser portadores de contaminantes ecológicos, como el estiércol - que se usa tanto en plantaciones ecológicas como en la agricultura convencional - ; las micotoxinas, cuando no se pueden usar fungicidas - los estudios no han demostrado que haya más casos de contaminación en productos ecológicos - ; y la manipulación postcosecha, cuando se envasa, elabora, transporte y almacenamiento se deben cumplir con las condiciones de seguridad.

Productos con el certificado europeo ecológico/Elaboración propia
El debate científico sigue en pie. La pregunta todavía no se ha resuelto y aún pensamos en si de verdad sale rentable comprar productos ecológicos o no. Ver si realmente estos productos benefician a nuestra salud o no nos afectan. Observar si el consumo de conreos ecológicos ayuda a reducir la contaminación y no afecta al medio ambiente. Todas estas preguntas y cuestiones pendientes por resolver nos demuestran si vale la pena consumir los productos ecológicos o no.
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